¿un año ya?

eso parece, no recordamos exactamente el día que abrimos las puertas de Sana Sana, pero sí el cariño y la ilusión que pusimos en este proyecto.

todavía no lo teníamos todo montado y con las manos llenas de pintura, nos llamó a la puerta nuestro amigo Lukas con un susto terrible y un bocado en la patita que todavía hoy nos hace temblar... ¡qué historia...! bueno, el caso es que después de él vinieron otros amigos, de pelo corto, de pelo largo, con plumas, sin pelo, con susto, jóvenes y no tan jóvenes... todos ellos bien acompañados.

así llevamos ya un año, abriendo la puerta a nuestros amigos cada día con el mismo cariño y con la misma ilusión que el primero.

gracias peludas y sanas.